MÉXICO Y LA POLICRISIS MUNDIAL.
Reporte Ejecutivo al 26 de mayo de 2024.
Por: Arturo Mattiello Canales/Vocesver.com/noticias
El entorno internacional en el cual nos desenvolvemos actualmente es muy similar al que el mundo enfrentó al término de la Larga Depresión Económica, que desencadenó la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial.
Vivimos una policrisis, según Adam Tooze, en la cual se mezclan la crisis económica, la política, la social y ahora la climática. Esto ha tenido como consecuencia el surgimiento de un nacional populismo en diversos países, ante la falta de respuesta correcta por parte de los gobiernos que gestionaron muy mal la pandemia reciente.
La suma de lo anterior ha erosionado a la clase media y empobrecido a la más desfavorecida, en beneficio de solo unos pocos multimillonarios rentistas.
Los focos rojos de la guerra en el planeta se multiplican: Rusia intenta recrear el imperio zarista; Israel trata de controlar el territorio reservado a Palestina; China realiza simulacros de invasión a Taiwán; Venezuela amenaza con desatar una invasión hacia Guyana; Corea del Norte se encuentra en una imaginaria guerra nuclear contra los Estados Unidos; y la OTAN despliega 300,000 efectivos y drones a las fronteras con la Federación Rusa y sus aliados, etcétera.
Cualquier día podemos amanecer con la noticia de la transformación de la nueva guerra fría multipolar en una auténtica guerra caliente, dominada ahora por las armas de la Inteligencia Artificial.
México no es ajeno a esta incipiente conflagración mundial, al ser una de las veinte principales economías del planeta. Somos vecino y socio comercial mayoritario de la principal potencia hegemónica, con la cual compartimos más de tres mil kilómetros de frontera.
En este ambiente enrarecido, tendremos un inédito e histórico proceso electoral para renovar el poder ejecutivo y legislativo federal, así como nueve gubernaturas y legislaturas locales, entre otros cargos de representación nacional.
Los erráticos estudios demoscópicos, algunos de ellos simples instrumentos de propaganda, no han sido capaces de brindar una luz al final del túnel de esta administración pública, que ya se perfila como la peor de los últimos cien años.
Inflación alimentaria, inseguridad extrema, abandono de los sistemas de salud, corrupción rampante, falta de mantenimiento de la infraestructura pública, déficit público creciente, endeudamiento histórico, crisis educativa, cultural y científica, y muchos rubros más en los que sale totalmente reprobado, son los saldos de un gobierno autoritario y miope que se negó sistemáticamente a dialogar con los ciudadanos y su representación legítima en el Congreso.
Hoy, con el agua al cuello y presintiendo la derrota, los insultadores profesionales, como si practicaran nado sincronizado en las redes sociales, se llenan la boca de “respeto a la oposición”, “diálogo político”, “necesarios contrapesos” y demás lindezas que fueron incapaces de realizar durante casi seis años en los que se creyeron invencibles e impunes.
Los estudios y análisis estadísticos que reemplazan a las fallidas encuestas demuestran una y otra vez que la alternancia está a la vuelta de la esquina, tal y como ha sucedido en la inmensa mayoría de los países del orbe en los últimos meses. La sociedad líquida en movimiento se impone al poder rígido, en una nueva forma de hacer política en este siglo veintiuno.
Es nuestra única y última oportunidad: votar es nuestro derecho y obligación.
El destino ya nos alcanzó…
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